sábado, 28 de julio de 2012

En el túnel

hay una imagen que uso en las charlas y que es sumamente movilizadora , es un hombre dentro del túnel. La uso para mostrar la perspectiva habitual que los padres tenemos después de recibir el diagnóstico de autismo. Los padres definen con una palabra como se sintieron: Dolor, angustia, desesperanza, desesperación, tristeza, alivio en algunos casos, la mayoría sentimos todas estas cosas. Salir del túnel es una liberación absoluta, y en mi caso puedo decir que recién lo logré cuando Franco tenía 12 años.Por eso me apasiona poder contarles a otros padres la experiencia a ver si pueden salir lo antes posible y así convertirse en el mejor recurso para sus hijos. Pero la vida es una gran maestra y cuando creemos que ya lo entendimos todo nos vuelve a poner a prueba. Pensaba que por otros desafíos de la vida, ya no por Franco, vuelvo a estar en el túnel. Cómo puede ser que yo esté en este lugar otra vez! y sabiendo lo bien que se siente estar afuera!!! Lo primero que sentí es un gran enojo conmigo misma, porque no me lo podía permitir, esto hizo que me resista aún mas y generó mas enojo aún, mas infelicidad. Recién cuando pude rendirme, en el sentido de dejar de resistirme con lo que es, con lo que hay, entonces pude empezar a encontrar el aprendizaje y la salida si se quiere del túnel. Eso espero, ya que todavía estoy dentro y es difícil verse cuando uno todavía no pudo salir..Pero además como nada es permanente, seguro que esto también va a pasar. lo mejor que puedo hacer es tomarlo y llevarme algo positivo. Uno de lo aprendizajes importantes que tuve es cambiar la creencia de que esto no era vivir, mi pensamiento era, quiero retomar mi vida!!! pero ESTA ES MI VIDA HOY! esto es parte de la vida también. Hoy puedo elegir otras creencias para avanzar en el proceso( que de todos modos no se cuanto tiempo mas llevará, quien puede saberlo?): 1) Si, es verdad estoy en el túnel,pero nunca volvemos al mismo lugar. Estoy en el túnel, sí. ya no con la cabeza gacha, inmóvil.Me veo dentro de un túnel, con la salida delante de mi vista, sentada, con las manos abiertas, aceptando, Abrazo a lo que viene, aunque duela, observo mi dolor, trato de no identificarme con él. Cuando esté lista me voy a levantar y voy a salir, mientras tanto acá estoy, aceptando. 2)Voy a salir mas fortalecida de esto 3) tengo mucho que aprender todavía, mi ego es el principal generador de sufrimiento. 4)Voy a trabajar sobre mi estado de paz interior, esa es la prioridad. 5) establecer la felicidad como prioridad, pero cuando veo que no estoy pudiendo, aceptar y no resistirme, para no generar mas infelicidad. 6) sentir compasión por mi misma (que difícil!)comprender que estoy haciendo lo mejor que puedo. Cuando hay un aprendiz, el maestro aparece...quiero aprender de lo que la vida me da, es la forma mas enriquecedora de estar con lo que hay.Gracias a mi maestro Jorge Rovner.

viernes, 20 de julio de 2012

PUEDE SER, PUEDE SER

En el lejano Reino de Kariel, vive Long Ching, un anciano de frágil cuerpecillo y larga barba blanca. Sus modales serenos y su palabra siempre cuidadosa y amable, hacen de él un hombre respetado en toda la comarca. Las gentes afirman que Long Ching, en su juventud, fue iniciado en los misterios de la antigua sabiduría. Y en realidad, tanto sus vecinos como su único hijo que con él vive, admiran su gran lucidez y templanza. Aquel día, los vecinos de Kariel se encontraban muy apenados. Durante la pasada tormenta, las yeguas de Long Ching había salido de sus corrales y escapado a las montañas, dejando al pobre anciano sin los medios habituales de subsistencia. Ante tal hecho, el pueblo sentía una gran consternación por lo que sus habitantes no dejaban de desfilar por su honorable casa: ¡”Qué desgracia”! ¡”Pobre Long Ching”! le decían sus vecinos, ¡”Maldita tormenta cayó sobre tu casa”! ¡”Qué mala suerte ha pasado por tu vida”! ¡”Tu casa y tu hacienda está perdida...”! Long Ching, amable, sereno y atento, tan sólo decía una y otra vez: Puede ser, puede ser... Al poco, el invierno comenzó a asomar sus primeros vientos trayendo un fuerte frío a la región, y ¡Oh sorpresa! Sucedió que las yeguas de Long Ching retornaron al calor de sus antiguos establos, pero en esta ocasión, lo hicieron preñadas y acompañadas de caballos salvajes encontrados en las montañas. Con esta llegada, el ganado de Long Ching se vio incrementado de manera inesperada. El pueblo, al enterarse de tal acontecimiento, sintió un gran regocijo por la buena suerte del anciano, de tal forma que, uno a uno, fueron desfilando por su casa, para felicitarlo por tal bonanza. ¡”Qué buena suerte tienes anciano”! ¡”Benditas sean las yeguas que escaparon y más tarde aumentaron tu manada”! ¡”La vida es generosa contigo Long Ching...”! A lo que el sabio anciano tan sólo contestaba una y otra vez: Puede ser, puede ser. Pasado un corto tiempo, los nuevos caballos fueron domesticados por el hijo de Long Ching que, desde el amanecer hasta la puesta del sol, no dejaba de preparar a sus animales para las nuevas faenas. Podría decirse que la prosperidad y la alegría reinaban en aquella casa. Una mañana como cualquier otra, sucedió que uno de los caballos derribó al joven hijo de Long Ching con tan mala fortuna que sus piernas y brazos e incluso algunas costillas, se fracturaron en la tremenda caída. Como consecuencia, el único hijo del anciano quedaba impedido durante un largo tiempo para la faena diaria. El pueblo quedó consternado por esta triste noticia por lo que todos los vecinos fueron pasando por su casa, mientras decían al anciano: ¡”Qué desgraciado debes sentirte Long Ching”! le decían apesadumbrados”Qué mala suerte, tu único hijo”! ¡”Malditos caballos que han traído la desgracia a tu casa”! El anciano escuchaba sereno y tan sólo respondía una y otra vez: Puede ser, puede ser... Con el tiempo, el verano caluroso fue pasando y cuando se divisaban las primeras brisas del otoño, una fuerte tensión política con el país vecino estalló en un conflicto armado. La guerra había sido declarada en la nación y todos los jóvenes disponibles eran enrolados en aquella negra aventura. Al poco de conocerse la noticia, se presentó en el poblado de Kariel un grupo de emisarios gubernamentales con la misión de alistar para la batalla a todos los jóvenes disponibles de la comarca. Al llegar a la casa de Long Ching y comprobar la lesión de su hijo, siguieron su camino y se olvidaron del muchacho que tenía todos los síntomas de tardar en recuperarse durante una larga temporada. Los vecinos de Kariel sintieron una gran alegría cuando supieron de la permanencia en el poblado del joven hijo de Long Ching. Así que, de nuevo, uno a uno fueron visitando al anciano para expresar la gran suerte que de nuevo al anciano con su Ala tocaba. ¡”Gran ventura ha llegado a tu vida Long Ching”! le decían ¡”Bendita caída aquella que conserva la vida de tu hijo y lo mantiene a tu lado durante la incertidumbre y la angustia de la guerra”! ¡”Gran destino el tuyo que cuida de tu persona y de tu hacienda manteniendo al hijo en casa”! ¡”La buena suerte bendice tu morada”!. El anciano mirando con una lucecilla traviesa en sus pupilas tan sólo contestaba: Puede ser, puede ser...

lunes, 2 de julio de 2012

En Viedma

Cada lugar al que vamos nos llevamos tanto! amigos de verdad, abrazos fuertes, de esos que llegan hasta lo profundo del alma. Afectos como el de Mariano que nos recibió en su casa junto a sus papás y que no quería que nos fuésemos. Un chico brillante, tan inteligente, tan único, tan encantador y amable. "Hace un tiempo Mariano no era así", nos contaba su mamá. Desde que hacemos Son Rise Mariano se transformó. Tuvimos también el privilegio de conocer varios integrantes del equipo de Mariano, personas curiosas con ganas de seguir aprendiendo. Gente con la mentalidad abierta para aceptar nuevos paradigmas. Participamos de historias increíbles, como la de Carlos de como llegaron a conocer Son Rise. Ël, lo encontró por internet mucho antes que yo. Como no domina el inglés, por lo que veía estaba convencido que esto era lo que quería para su hijo pero no tenía acceso. Lo veía imposible en un principio.
Pero entonces,puso la intención, deseó fuertemente que alguien en la Argentina supiera de Son Rise. Y al tiempo le llegó la noticia del primer workshop en nuestro país! Carlos ahora quiere ir por más y se están organizando para viajar a hacer el star up. Todo lo que hace unos años era solo un sueño para él y para Roxana, su mujer, hoy es definitivamente una realidad...