martes, 26 de enero de 2010

ESTABLECIENDO LOS LÍMITES







1) Establecer límites sobre dos aspectos fundamentales: seguridad (de sí mismo y de las personas que están con él) y de la propiedad . Todo lo demás se puede ver caso por caso.



2) Tener límites claros, que cada uno del equipo pueda sostener consistentemente. Discutir con el equipo que se va a permitir y que no.



3) Él puede llorar o hacer berrinches, pero una vez que se estableció un límite, se debe sostener, si se flaquea, él aprende a llorar más para conseguir lo que desea por más tiempo. Al darnos por vencidos, básicamente arruinamos nuestra credibilidad y le enseñamos que el llorar y gritar es una poderosa manera de conseguir lo que quiere.



4) manipular el entorno, para que haya la menor cantidad de posibilidades de tener que poner un límite, como no tener comida a la vista si no puede comer, o alejar de su alcance las cosas que no queremos que él toque. Básicamente hacer que el lugar nos permita ser un motivador mas que un policía.



5) establecer el límite de una forma sencilla y tranquila, aún si lo que está ocurriendo es alarmante, hacer el mejor esfuerzo para no reaccionar de una forma dramática. Las grandes reacciones para detener algo suelen provocar el efecto opuesto y pueden crear una conducta repetitiva alrededor del evento. Entonces hacer un intento de mostrarse aburrido y cansado cuando se pone el límite. Lo ideal sería que estuviéramos genuinamente calmos, pero de no estarlo, parecerlo.



6) permitir que el niño tenga una chance antes de la consecuencia, por ejemplo, si el tira la gaseosa al piso intencionalmente, avisarle que si vuelve a ocurrir se le va a quitar el vaso. Entonces si lo vuelve a hacer, tranquilamente se le quita el vaso, no estamos enojados, no está castigado, esto es sólo lo que sucede cuando tira la gaseosa al suelo.



7) para las cosas que son demasiado tentadoras para él, lo mejor es sacarlas de la vista (como la tele, el teléfono etc.) fuera de su vista, fuera de su mente.



8) No pensar en el límite como un castigo, sí como un feedback, es decir esto es lo que sucede cuando hace” x” y esto cuando hace” y”.



9) Responder por lo que uno sí desea, la parte que la mayoría olvidamos es celebrar cuando el niño está haciendo lo que si queremos, por ejemplo: me encanta que trates tan bien a tu hermana (mientras lo está haciendo).



10) hacer lo mejor que podemos, si establecemos un límite que después sentimos que es demasiado, podemos cambiar de opinión e informarle de cuales son las nuevas reglas.



11)en resumen, hacerlo simple y consistente, ofrecerle alternativas e informar de las consecuencias de los hechos.

En los límites tener en cuenta que mas que decir no, le estamos dando al niño un mundo predecible por donde puede moverse y operar. Cuanto mas consistente y claros seamos en ponerlos, más fácil será para el manejarse através del mundo y las relaciones.








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