sábado, 10 de noviembre de 2012

Despertando

El hecho de aprender a leer entre líneas lo que cada hecho, por negativo que parezca, trae a la vida, y a su vez lograr intuir los cambios que con ello se avecinan, supone el aprendizaje por excelencia. “Aprender a aprender” es, entre otras cosas, devenir capaz de intuir la intención del Universo en el sinuoso discurrir de los acontecimientos. Se trata de una intención que late oculta a la concepción de una lógica materialista, pero que se revela lúcida cuando se abre la visión que entiende la vida como una aventura hacia un Destino Mayor por el que el Ser se realiza. Con esa clase de mirada interior se abre un camino de multiplicidad de experiencias que se intuyen como proceso dinámico y creativo de crecimiento personal y de expansión de consciencia.Cuando los acontecimientos que “nos llegan”, sean del signo que sean, son percibidos como oportunidades de la vida, de pronto ésta tiene sentido hasta en sus más mínimos detalles. Las personas que han “aprendido a aprender” no pierden la perspectiva “global” de los acontecimientos aunque se vivan plenamente en la experiencia “local” de sus circunstancias e intereses personales. El que ve las cosas desde lo alto de la montaña no hace juicios rápidos ni valoraciones cerradas de los acontecimientos que vienen y van. El hecho de contemplar el sinuoso orden del devenir supone apostar por la salida del “infierno mental” al que uno se ve sometido cuando pierde la Visión y se implica en el juego de las “aversiones y fascinaciones” del camino. ¿Quién se atreve todavía a juzgar que su amigo, su hijo o su hermano, han hecho una locura al decidir tal o cual cosa? ¿es que no está demostrado que a la “vuelta de la esquina” uno ve otras cosas que no se veían desde nuestra estrecha y miope perspectiva? Las etapas oscuras que atraviesa el alma humana en las que se busca alivio y claridad son víspera de grandes y satisfactorias aperturas. ¿Acaso el placer de un abrazo cálido no se valora más y se experimenta con mayor plenitud desde una previa experimentación del frío? En este sentido, la “opción resumen” ante la vida se llama: Confianza. La confianza es una elección consciente por la que uno convoca los recursos que el Universo dispone para el que los demanda. La confianza aflora como resultado de vivir el presente y supone el verdadero antivirus del miedo. Se trata de un remedio al sufrimiento, aplicable en cada curva del laberíntico camino de “vuelta a casa”, también llamado Camino del Despertar. Cuando lleguen noticias ¡atención a los propios procesos mentales! ¡atención a las fascinaciones y los rechazos! La “observación sostenida” de la relatividad de tales vaivenes llevan a la persona al conocimiento de sí misma. En realidad, los hechos que suceden son neutros, por el contrario, son tan sólo las interpretaciones de los mismos las que determinan nuestra felicidad o nuestra desgracia. La citada interpretación no sólo es un asunto de la propia responsabilidad, sino que además, su constante optimización contribuye a la construcción de una mente feliz, con el consiguiente beneficio que también esto significa para todos los que nos rodean. Extraído de cuentos para aprender de José María Doria

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