como empezar segunda parte

SEGUNDA PARTE: a jugar
Con el playroom listo, usando el sentido común y de acuerdo a Franco empezamos a incorporar a cada nuevo “jugador” (suena mejor que terapeuta) jugando primero conmigo dentro del play y por mas o menos quince minutos.
Las instrucciones al nuevo jugador eran muy sencillas, apuntando a explicar un poco del joining (respetarlo y acompañarlo) y celebrar cada contacto visual. Nada mas (ni nada menos!).
Por mi parte trataba de salir de escena para permitir al nuevo jugador participar con Franco.
Tanbién trataba de jugar todos los días para empezar a acumular horas de experiencia, en lo posible es bueno poder filmarse para después observar y ver que se podía haber hecho que fuera mas útil. No olvidar que no hay bueno o malo, solo mas eficiente.


Al segundo encuentro después de recibir al jugador con todas las celebraciones, huy! Mirá quién vino a jugar con vos!!!! Que bueno! Y tratar de usar algo de lo que sabíamos le gustaba, dejar que fluya y cuando veía el momento salía del play para dejarlos. Así sumando media hora cada vez. No olvidando ser flexibles, sobre todo en este comienzo Puede llevar mas o menos tiempo.
Franco se tenía que adaptar a muchos cambios. El play le generaba un poco de desconfianza, no sabía todavía que allí el podría hacer todo lo que quería. Y por otro lado las personas nuevas para él debían también trabajar (incluso yo) esta nueva actitud de aceptación profunda y respeto, y Fran empezar a confiar en ellas, después de venir de años de personas que trataban de corregir y por lo tanto no aceptar, y por lo tanto juzgar (“esto que está haciendo no está bien”).


Es importante que uno se observe a sí mismo en cada proceso, también sin juzgar y aceptar que estamos haciendo lo mejor que podemos. Sentir confort con lo que pasa y saber que si hoy las cosas no salen como lo esperamos (desear, sin necesitar) , vamos por el camino, y sentirse bien con eso. Me acuerdo alguna noche cuando iba a limpiar el playroom ,uno de esos días difíciles que parece que nada sale como queremos, me quedaba observando y me decía: ¿porque se me habrá ocurrido hacer todo esto? Me hubiera quedado dónde estaba…pero enseguida podía mirar en perspectiva y me daba cuenta que aunque todo pareciera no estar saliendo, no podía ni remotamente comparar con lo que Franco recibía en su día a día, unos meses atrás.