miércoles, 29 de diciembre de 2010

Meditación Vipassana




En abril de este año, inspirada por Vero, tuve la experiencia de por diez días liberarme de todas mis responsabilidades mundanas y experimentar esta práctica.
Mi objetivo fundamental fue fortalecerme para lograr ser esa fuerza de la naturaleza que es lo que deseo en adelante. Es como una sincronía, todos los principios tienen criterio inclusive con la filosofía SonRise. Vipassana, Sungazing, en mi caso, son herramientas que elejí y que me ayudan a llevar adelante mi vida con felicidad.



Extraído de “el arte de vivir”
Tal como lo enseña S.N. Goenka
de William Hart.

No importa lo que suceda, ya sea dentro del microcosmos de la propia mente y el propio cuerpo, o en el mundo exterior, uno es capaz de afrontarlo, no con tensión, no con deseo o aversión reprimidos a duras penas, sino con completa soltura, con una sonrisa que surja de lo mas hondo de la mente. En ninguna situación, agradable o desagradable, querida o no querida, se tiene ansiedad, uno se siente totalmente seguro, seguro en la comprensión de la impermanencia. Ésta es la mayor bendición.
Sabiendo que eres tu propio dueño, que nada puede dominarte, que puedes aceptar con una sonrisa cualquier cosa que la vida te depare; éste es el equilibrio perfecto de la mente, ésta es la verdadera liberación. Esto es lo que puede conseguirse aquí y ahora con la práctica de la meditación Vipassana.
Ésta ecuanimidad real, no es una mera reserva negativa o pasiva. No es la ciega conformidad o apatía de quien trata de escabullirse de los problemas de la vida, que trata de esconder la cabeza bajo el ala; el verdadero equilibrio mental, está basado en la plena conciencia de los problemas, conciencia de todos los niveles de la realidad.
ausencia de deseo y aversión no implica una actitud de indiferencia sorda, en la que se disfruta la propia liberación, sin dedicar un solo pensamiento al sufrimiento ajeno. Por el contrario, la ecuanimidad real se llama con razón “santa indiferencia”.es una cualidad dinámica, una expresión de la pureza de la mente que, por primera vez, en cuanto se ha zafado del hábito de reaccionar a ciegas, puede realizar una acción positiva, creativa, productiva y beneficiosa para uno mismo y para los otros.
Además de la ecuanimidad, surgirán las cualidades de una mente pura: benevolencia, el amor que busca el beneficio ajeno sin esperar nada a cambio; compasión anta los fallos y sufrimientos ajenos; alegría altruista ante su éxito y buena suerte. Éstas cuatro cualidades son el resultado inevitable de la práctica de Vipassana.
Lo único que hacíamos con anterioridad, era guardar para nosotros lo bueno y dar a los otros lo que no queríamos, pero ahora comprenderemos que la felicidad propia no puede ser conseguida a expensas de los otros; que proporcionar felicidad a los demás trae felicidad para nosotros , y buscaremos compartir lo que tengamos de bueno. Habiendo salido del sufrimiento, y habiendo experimentado la paz de la liberación, comprendemos que éste es el mayor bien; y queremos que los demás también experimenten ese bienestar y encuentren el camino que les sacará de su sufrimiento.
Ésta es la conclusión lógica de la meditación Vipassana: mettabhavana, el desarrollo de la buena voluntad hacia los demás. Puede que antes fuésemos muy locuaces al respecto de esos sentimientos, pero en lo profundo de la mente continuaba el viejo proceso del deseo y la aversión.
Ahora, hasta cierto punto, el proceso de reacción se ha detenido y se ha ido el viejo hábito del egoísmo; y la benevolencia fluye espontáneamente desde lo mas hondo de la mente. Ésta benevolencia puede, con toda la fuerza de una mente pura tras ella, ser muy poderosa, creando una atmósfera de paz y armonía en beneficio de todos….

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